domingo, 25 de diciembre de 2016

ALIMENTACIÓN BARF vs PIENSO













Hola bigueleros

Hoy quiero hablaros de la dieta BARF o ACBA. Seguro que la conocéis o por lo menos habéis oído hablar sobre ella.

Cada día más personas se suman a este tipo de dieta huyendo de los piensos tradicionales por la desconfianza en su composición y la cantidad de aditivos y cereales que contienen, además de otros componentes…

Todos los veterinarios o por lo menos la gran mayoría, nos ofrecen pienso para la alimentación de nuestros perros.
Si vais a distintas clínicas, cada una es partidaria de una marca diferente que además vende y la vende como la mejor comida en relación calidad-precio e incluso la vende como la más completa.

Lo más cómodo, la verdad, es comprar un saco de pienso y llenar el comedero de nuestro perro, lo que tardas es aproximadamente 2 minutos (tirando por lo alto)

Si los piensos los recomiendan los veterinarios y los hacen y supervisan científicos, ¿quién puede pensar que pueden ser malos?

Entonces aparecen los trastornos intestinales, alergias, dermatitis…y es ahí cuando nos enteramos de que hay piensos de gama alta, media y baja…, y claro, yo por mi perro ma-to y compro pienso de gama alta aunque yo tenga que “comer huevos”.

Pero a muchos los problemas de salud les sigue afectando aún con piensos de gama alta…¿entonces, qué pasa?

Un perro es un carnívoro, y en su estado salvaje comería exclusivamente carne, huesos y vísceras crudas, y en alguna ocasión podrían llegar a ingerir fibra semi-digerida que pudieran contener los intestinos o estómago de la presa.

En la actualidad los problemas en nuestros perros de intolerancias o alergias alimenticias cada vez son mayores ¿y por qué? 
Pues se supone que es por la cantidad de cereales que contienen los piensos. El organismo de los cánidos no está preparado para asimilar o digerir este tipo de alimentos, aunque cada vez se va adaptando más y se va separando de sus orígenes del lobo.

Los piensos son alimentos hechos con ingredientes triturados y mezclados mientras se cocinan a altas temperaturas. Los mejores nutricionistas y chefs, nos dicen que si cocinas demasiado un alimento pierde sus propiedades nutricionales; por ello se les añade vitaminas y minerales artificiales, que obviamente no son tan saludables como los que se pueden encontrar de forma natural en los alimentos, porque no se asimilan de la misma forma, pudiendo producir carencias. 
La pasta que se consigue se mete en una máquina extrusionadora que la convierte en croquetitas que se cubren con una mezcla grasienta y que contiene productos que le dan sabor y olor (las hace más palatables para que los perros se las quieran comer), la gran mayoría por no decir todo, son sustancias artificiales que ayudan a engañar el gusto y olfato.

Como no, esto no lo elaboran y lo lanzan al mercado sin saber si va a tener éxito o no, no se lo dan a un humano para que lo pruebe, pues sería absurdo, lo testan en perros que tienen para ello. Si les gusta, perfecto, si les sienta mal…, pues a volver a empezar.

Muchos de los piensos, la mayoría (que no todos):

- Se les puede añadir sepiolita para que las heces sean más compactas, la sepiolita es de lo que está hecha la arena de gato.

- La mayor parte de los productos cárnicos con los que se hacen los piensos son despojos, es decir, todo lo que sobra de la carne que nos venden, los llamados subproductos cárnicos.

- Los animales enfermos o no aptos para el consumo, se incineran, de ahí las famosas cenizas que vienen en la mayoría de los paquetes de los piensos.

- Los subproductos vegetales, suelen ser cáscaras o por ejemplo el tronco de la mazorca, pero no los granos de mazorca, por lo tanto, tienen menos valor nutricional o nulo.




Luego tenemos, como dije al principio la dieta BARF –Bones And Raw Food- (Huesos y comida cruda) o ACBA -Biologically Appropriate Raw Food- (Alimentos Crudos Biológicamente Apropiados) consiste, como la descripción indica, en administrar huesos, carne, vísceras crudas, hortalizas y verduras a nuestros perros. De esta forma volveríamos a acercar a los perros a sus orígenes naturales en estado salvaje.

El veterinario australiano Ian Billinghurst fue el impulsor de esta dieta, y asegura que con ella mejora la salud del animal, la longevidad, su capacidad reproductiva, evitando los problemas de intolerancias y alergias alimenticias, al igual que mejora el rendimiento aumentando la energía del animal e incluso el pelaje adquiere más brillo, mejora el aliento ya que la dentadura está más limpia y sin sarro, menor olor corporal, heces más compactas y menos olorosas, beben menos agua ya que los alimentos crudos tienen un gran porcentaje de agua, baja la grasa corporal y se desarrolla más su masa muscular y mejoran las molestias articulares. La desventaja es que se tarda más en preparar y servir esta comida que el pienso.

Esta dieta se compone aproximadamente:

- 60% de huesos crudos carnosos
- 25 % de carne, pescado y vísceras
- 15% de hortalizas y vegetales
- Huevo crudo con cáscara
- Aceite de hígado de bacalao o salmón
- Algas
- Complejos vitamínicos
- Vinagre de manzana
- Yogurt




Ni que decir tiene, que los productos que se utilicen tienen que ser de buena calidad.

Por otro lado, para poder administrar esta dieta, hay que hablarlo con el veterinario o un profesional que nos asesore, ya que esta dieta no consiste en dar todos los días lo mismo, tiene que ser variada cada día para que no falte ningún nutriente esencial.

Para esta dieta hay que tener en cuenta el peso corporal y a partir de ahí calcular el porcentaje de comida diaria que hay que administrarle.

Muchos somos los que desconfiamos de esta dieta por el tema de parásitos en la carne que se podrían transmitir a nuestro animal, aunque sus defensores dicen que un perro sano no se contagia ya que su sistema inmunológico está preparado con bacterias que evitarían un contagio y que al estar alimentado con esta dieta su sistema inmune evitaría parásitos tanto internos como externos.

Lo cierto, es que si nosotros tuviéramos que comer siempre lo mismo, nos aburriríamos e incluso se nos quitaría las ganas de comer, estaríamos más apáticos, y a eso hay que sumarle que los perros dependen 100% de nosotros para vivir su vida, es decir, por lo general, salen a la calle tantas veces como nosotros les queramos o podamos sacar, hacen sus necesidades cuando nosotros queremos y suelen estar encerrados entre cuatro paredes muchas horas; un humano caería en una depresión si tuviera la vida de un perro casero, o por lo menos así lo veo yo.

Todo esto es sólo una información más de las muchas que hay, cada uno debe tener su criterio al igual que yo tengo el mío propio.
La verdad absoluta no existe, pero sí nos podemos fiar de nuestros instintos si nos paramos un poco a observarnos y a observar a nuestros peludos.
Os animo a buscar más información para que podáis tener más opciones a la hora de alimentar a vuestros peludos compañeros de piso.





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Fuente: Mr. Barf, Gemma Knowles


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